sábado, 28 de enero de 2012

Capítulo XXXV. Amargura. Donde se observa cómo las cifras cobran vida para mostrar que los seres nacen, crecen y se reproducen. Y, a este paso, mueren de hambre al carecer de recursos para ganar el sustento.

Entre ambos la mataron, que ella sola no se murió.






Promesas. Siempre las mismas promesas.
Promesas para justificar sus mentiras.
Promesas que no alcanzan a ser verdades.
En realidad se trata de un sólo monstruo con dos cabezas y ninguna solución.


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