viernes, 17 de febrero de 2012

Capítulo LII. Cansancio. En el que refieren cómo decenas de caballeros, cansados de deambular perdidos, se unen, y gritan, y claman, y chillan. Y piden ser tenidos en cuenta por la diestra de la siniestra más descafeinada, para avanzar por las veredas zurdas.

Y de la rosa nacieron pétalos
más relevantes. 








Y algunos dijeron:
"No quiero ir a tu vera, que sueño con estar a tu izquierda.
Sin ambigüedades, sin defraudar
a las conciencias de quienes creen en nosotros."


(Aún está por ver si los sordos les escuchan.)














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