domingo, 26 de febrero de 2012

Capítulo LIX. Estafadores. De cómo el Gobierno enmascara una nueva operación de ayuda a los suyos, presentándola como un avance social. Y de cómo los ciudadanos, una vez más, nos dejamos seducir por cantos de sirena y dormimos con mayor comodidad a pesar de la falacia.



Sobre el pago de la deuda de las administraciones
Nada de poesía esta vez, que merece la pena explicar las cosas de manera clara, para que todo el mundo se entere de lo que dicen y lo que hacen.

Cada mentira, mayor que la anterior.
Presume el Gobierno de su interés por ayudar a los ciudadanos, y afirma que va a legislar para que se resuelva el problema de la deuda contraída con los proveedores. Es decir, con las empresas pequeñas y grandes, con autónomos y corporaciones. ¡Conmigo! También conmigo.

Quedo expectante y aliviado, hasta que hablan:
¡Tendrán prioridad los que condonen parte de la deuda!

Luego...
¿Quiénes cobrarán antes?
  • Los que disponen de recursos económicos como para poder renunciar a una parte de lo que les adeudan las administraciones. Es decir, se benefician, como siempre, los de siempre.
  • Los que están tan asfixiados  como para renunciar a una parte de lo que les deben, con tal de cobrar algo cuanto antes. O, dicho de otra manera, pierden, como siempre, los de siempre.

¿A quién beneficia más la medida?
  • Puesto que la mayoría de las administraciones están en poder del PP, ellos son los principales beneficiarios, que podrán presumir de haber reducido deuda sin mayor esfuerzo que el sacrificio de los ciudadanos (otra vez).
  • También se benefician los ricos, que acaban cobrando ya, renunciando, eso sí, a una parte de la deuda.
  • A los bancos, que mueven capital y acumulan intereses.

¿A quién perjudica la medida?
  • A mí, por ejemplo, que tengo que decidir si renunciar a algo que me corresponde (para poder cobrar) o seguir esperando.
  • Y, como a mí, perjudica a todos los pequeños, que nos castiga por los pecados de cuatro incompetentes.

Algunas curiosidades a modo de despedida.
  • Cuando un particular se retrasa en un pago con las administraciones, es sancionado. Cuando las administraciones se retrasan en el pago, se sanciona al particular.
  • Cuando un particular tiene que hacer frente a un pago con las administraciones, se bonifica la rapidez a la hora de saldar la deuda.  Cuando las administraciones tienen que hacer frente a pagos a los particulares, se bonifica el retraso.

Mundo de locos.
Gran mentira
Y nosotros, como siempre, nos la creeremos.

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