domingo, 4 de marzo de 2012

Capítulo LXV. ¡Intolerable! Donde se cuentan las desventuras de los obreros católicos, y de cómo las autoridades eclesiásticas critican, desautorizan y censuran sus opiniones, enviándolas al limbo más injusto que existe. Y de cómo algunos estamos mucho más cerca de ellos que de Roucos o de Varelos.




Dedicado a la JOC (Juventud Obrera Cristiana) y a la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica),que han tenido la gallardía de decir lo que piensan, aunque les haya supuesto censura y menosprecio.


El oscurantismo avanza con paso firme.










Al grito de "¡Injusticia!" respondieron con la orden de "¡Silencio!"
Volvieron a triunfar los poderosos, cada vez más cerca del infierno eterno. El terrenal, lo reservan para quienes se atreven a llevarles la contraria.

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