sábado, 10 de marzo de 2012

Capítulo LXVIII. Sin vergüenza. Que narra las dificultades y sin sabores que han de pasar los ciudadanos para no exhibir sus vergüenzas por el capricho de cuatro sinvergüenzas. Y de cómo estos últimos se sitúan al frente de los demás.

Y, como un solo hombre, respondieron
al grito de "¡Todos juntos!".





¡Y que tenga yo que traicionar mis sentimientos para defender lo que creo más justo!
No soy partidario de huelgas cuando se impone la lógica de empujar hacia adelante. Pero me declaro detractor de políticas mediocres que poco o nada reparan en los que tienen poco y mucho favorecen a quienes disponen de las carteras más abultadas.
¡Mundo de locos!
¡Locos que rigen el mundo!

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