sábado, 21 de abril de 2012

Capítulo CXXIV. Privacidad. De cómo los mozos de farmacia se enterarán de cuánto cobra cada quién, con lo que la privacidad de cada uno de nosotros pasará a ser sólo un juguete gracias a un gobierno que afirma que, de esta manera, se ahorra en gastos. Y de cómo, para ahorrar, nos convierten en involuntarios participantes de Gran Hermano.

Y la farmacia se convirtió en Hacienda, dejando de ser botica.
Y, digo yo, con qué permiso se autoriza
que manejen datos de nuestra economía aquellos
que nunca debieron poseer tal información.
Es grave eso de los ocho euros,
pero no debemos olvidar que, por mor de medidas anti-crisis,
se están adueñando de otros muchos derechos nuestros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario