viernes, 13 de enero de 2012

Capítulo XIX. Con el alma rota de olvido. O la triste historia de cómo deja de recordarse aquello que se promete a los menesterosos, sin que nos sonrojemos por nuestros actos.









Triste el día en el que las entrañas de Haití temblaron. Triste el momento en el que nosotros, sin entrañas, decidimos olvidarlo.

5 comentarios: