domingo, 22 de abril de 2012

Capítulo CXXVIII. El cebo. Donde se narra la triste historia de los incautos que, atendiendo cantos de sirena, muerden el anzuelo ofrecido por depredadores. O de cómo, de lo dicho, la mitad. Y aún así es mala.

Y a la carnaza respondieron con votos.
Pan para hoy, pasto de tiburones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario