domingo, 30 de noviembre de 2014

Capítulo 1.214. Sobre cómo sobra la corrupción.

Artículo y viñeta para http://salamancartvaldia.es/
Sobra la corrupción.

Termino de pedir un tinto en el bar de Emilio. La verdad es que voy a tomarlo más tranquilo que nunca. Rajoy ha despejado todas mis dudas, ha alejado todos mis temores. El preboste de España ha afirmado que la corrupción no está generalizada y, oye, he respirado a gusto.

Es que yo pensaba que… Y resulta que no, que la clase política es sobre todo honrada y que sobre eso no cabe ninguna discusión.

Qué rico me va a saber el vino hoy, ahora que sé que el marido de Ana Mato es una excepción; ahora que me han informado que el hecho de que el PP tenga caja B, no es, para nada, la norma; ahora que soy consciente de que los Bárcenas, Pujol, Matas, Fabra y tantas otras alimañas, son producto fortuito de una sociedad política bien asentada y con escasas fisuras en su honradez.

Emilio acerca la botella a mi vaso y sonrío al recordar lo rico que va a saberme el vino, símbolo, en mi caso, de la tranquilidad que me da saber que quienes deciden los designios de mi economía, quienes organizan la educación de mis hijos, quienes gestionan nuestra sanidad… son buena gente, tipos honrados a carta cabal.

¡Qué mala suerte tengo!

¡Qué mala suerte! De verdad.


Para un día que el vino iba a saberme bien… Para un día en el que no hay nada que me amargue este momento… Para un día que soy feliz… Va el vino, y está picado.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Capítulo 1.207. "Famosos entre rejas"

Para salamancartvaldia.es
Famosos entre rejas.

¡Qué risa, oye!
Pues no van y nos dicen que Isabel Pantoja, viuda de España, corrupta de Marbella, no gozará de beneficio alguno en relación a otros presos.

¡Qué risa, oye!

Y yo que pensé que eso de escoger presidio era un privilegio, que eso de disfrutar de celda individual era un privilegio… Menos mal que ahí están gobierno y Justicia (sic) para sacarme de mi error y demostrarme que el famoseo no goza de prebendas, arbitrariedades o cosas oscuras de esas que nos imaginamos los malpensados.

¡Qué risa, oye!

Saber que Bárcenas o Blesa (cuando estuvo) pudieron escoger menú, tuvieron acceso a economatos y se sintieron libres (aunque entre rejas) para hacer cosas que a otros les están vedadas.

¡Qué risa, oye!

¡Qué risa que también haya cárceles con barrotes de oro, cárceles construidas con nuestro dinero y que pagamos todos!

Y qué suerte Pantoja, que ha ido a dar con sus huesos a una de ellas.

Y qué pena pensar en los García, Pérez, Hernández… que ni les llaman Blesa, ni tienen por apellido Pantoja.


domingo, 16 de noviembre de 2014

Capítulo 1.200. "In-Inde-Independencia"

Artículo y viñeta para http://salamancartvaldia.es/
In-Inde-Independencia.

La bronca que le echamos a Emilio, el camarero, en el bar. Y con razón. Veíamos la tele. Seguíamos el circo ese que se ha montado en Cataluña entre los que tienen negado el derecho a decidir y los que lo prohíben (acostumbrados, como están, a menguar cuanto atisbo de libertad caiga a su alcance). Aparecía en la pantalla el dueño de Feixenet, empresa de cava que no anda en sus mejores momentos anímicos. El hombre se aliaba del lado españolista, se declaraba español y se quejaba de cómo hacen las cosas los independentistas, algunos de los cuales han pedido un boicot a sus productos.

Emilio, con más cinismo que sentido común, nos puso este caso como ejemplo de intransigencia, como paradigma de lo que le sucede a quien es consecuente con su españolismo y su ideología. Y alabó la valentía del empresario.

No quiso decirnos, sin embargo, que hace unos años, cuando se llevaron los primeros papeles del Archivo de la Guerra Civil él se sumó a la campaña de boicot a todo lo catalán, y en su bar dejó de servirse el cava, fuese o no de las españolísimas bodegas de Freixenet. Tampoco quiso reconocer que el cava ha desaparecido de su bodega coincidiendo con el anuncio de la consulta. Fuese o no del españolísimo Freixenet.

Tanta hipocresía nos sublevó y acabamos arrinconándole en lo más oculto de su ideología reaccionaria, de su troglodítica manera de pensar, y de su incoherente parecer para el que los catalanes son demonios digan Cataluña o griten España. ¡Así nos va!

Los suyos nos dirán luego que mimaron a Cataluña, olvidando eso de que Wert se empecinara en “españolizar” a sus niños. Los populares nos dirán que son los catalanes los que se alejan, ignorando la cantidad de cientos de miles de Emilios que iniciaron un  boicot (y muchos lo mantienen) a todo lo que huela a Cataluña, sin importarles si la bandera es estrellada o rojigualda.

Emilio es un impresentable y su ídolo, Rajoy, un innombrable al que le cabrá en su día (y así lo dirá la historia) el mérito haber sido el presidente que más ha hecho peligrar la unidad de España. Y eso que presume de amarla, quererla y defenderla hasta la médula.


domingo, 9 de noviembre de 2014

Capítulo 1.193. "Timocracia"

Artículo y chiste para http://salamancartvaldia.es/
Timocracia.

Ganas nos entraron el otro día de salir del bar de Emilio, desplazarnos a Madrid, acudir a la calle Génova (al número 13, que va a ser cierto que da mala suerte) y besar en la boca a Rajoy, Cospedal, Alonso, Floriano… y hasta a Soraya Sáenz de Santamaría. Y es que esta cuadrilla de iluminados están haciendo un esfuerzo tal por atajar la corrupción, que qué menos que darles las gracias de manera notoria y efusiva.

Si se pilla a los suyos en actitud punible (o “púnica”, según los casos), es porque la cúpula populista (digo, popular) vela por nuestros intereses y sacrifica a una parte de sus hermanos para demostrarnos que no van a consentir que sigan chupándonos la sangre (a menos vampiros, más venas para repartir).

Si se descubre que la propia sede de Génova (13, el número de la muerte en el tarot y en el aumento de suicidios por la crisis) se lustró con dinero negro, es porque los acólitos rajoystas (antes aznarianos, antes fraguistas y antes –no hace mucho- franquistas) han permitido que nos asomemos a los entresijos de su transparencia para mostrarnos que son humanos, pero honrados. ¡Honrados!

Y si alguien les reprocha que en sus filas haya tantos imputados como “putos amos” (por eso de citar a Bárcenas), nos responderán que no reparemos en tales minucias, sino que miremos que son la salvación de la patria, los garantes de la democracia y los conservadores de la estabilidad que impide que exaltadosconcoleta pongan en peligro al país.

Ganas tuvimos de ir a Madrid, a la calle Génova, de innombrable número, y besar en la boca a la camarilla. Nos arrepentimos de inmediato. Seguro que su timocracia es contagiosa y, puestos a infectarnos, preferimos contraer cualquiera de esas nuevas enfermedades arrojadas en África para perpetuar la hegemonía económica de cuatro multinacionales farmacéuticas.


sábado, 8 de noviembre de 2014

Capítulo 1.192. "Monago y sus viajes privados"


Ojo, que no se nos olvide que, mientras nos entretenemos con el caso Monago, la audiencia de Palma acaba de desimputar del delito de blanqueo de capitales a la Infanta Cristina.

Capítulo 1.191. "Pérdida de privacidad"


lunes, 3 de noviembre de 2014

Capítulo 1.186. "Los perdones de los pendones"

Artículo y viñeta para salamancartvaldia.com
Los perdones de los pendones.
Atónitos veíamos en el bar de Emilio las pretendidas disculpas de Rajoy en el Senado. Para Emilio, acto de constricción del Presidente. Para los demás, pantomima de escasa calidad y verosimilitud nula.

Teníamos la sensación de que le han cogido el tranquillo a eso de pedir perdón (o no pedirlo) como acto con el que eluden su responsabilidad y se creen exentos de las  culpas que les corresponden.

Juan Carlos Iel campechano”, lo sentía mucho (que no nos pidió perdón). Y se dio el asunto por zanjado, como si nunca hubiese hecho alarde de derroche cuando sus súbditos pasaban hambre.

Rajoy pide disculpas (“en nombre del Partido Popular”, como si no fuese él su mandamás), por haber colocado en sus puestos a los que “en apariencia” han abusado de su posición. Ya está, salvado el honor del PP y a salvo la credibilidad de don Mariano.

Aguirre asegura que no quiere eludir la responsabilidad que le corresponde por colocar a Granados al alcance de los dineros ajenos. Y con pedir perdón, quiere convencernos de que su responsabilidad ya se ha extinguido, y ella es la más decente entre las dignas.

Pedro Sánchez pide perdón por los quince socialistas que usaron las tarjetas opacas de Caja Madrid. Cierto que él no tuvo ni arte ni parte en el nombramiento de tan presuntos mentecatos, pero, digo yo, que si cesan a quienes las usaron, algo habrá que hacer con quien les encumbró a la dignidad de consejeros. ¡Ah, no, que esto es España y aquí se extinguen así las responsabilidades! Basta con decir perdón, lo siento, me disculpo o cualquiera otra de las frases hechas al uso y nunca sentidas.

El PP de Masnou (Barcelona) amenaza de muerte a Artur Mas, y pide perdón, no por lo publicado en su twitter, sino por el error “informático” de “arrastrarlo a su página”. Zanjada la cuestión.



Nerea, Mario, Alberto… Cuantos compartimos tertulia aquel día (a excepción de Emilio, el camarero) estamos hasta los perdones de tanto perdón. No queremos poses vacías, queremos asunción de responsabilidades. Y que esos cuatro que pretenden irse de rositas se vayan, pero a su casa. Que se vayan, y se vayan ya, que ya están tardando.